

QUE ES?
La psicología positiva es una disciplina de la psicología que viene a decirnos que la salud emocional es algo más que la ausencia de enfermedad. En un principio, la psicología se centró especialmente en la psicopatología y en el dolor emocional, y en cómo encontrar los modos de evitarlo y superarlo, pero se olvidó de estudiar a aquellas personas que se sienten plenas, felices y realizadas, así como todas esas cualidades o características que hacen que una persona se sienta bien o los factores que hacen que valga la pena vivir la vida.La psicología positiva se centra en el estudio de esas cualidades positivas y en cómo desarrollarlas, porque no solo ayudan a vivir una vida más satisfactoria, sino también a prevenir patologías que se producen cuando la vida está vacía o parece no tener sentido.Así pues, la psicología positiva se dedica al estudio científico de aquello que hace que las personas o comunidades prosperen saludablemente y lleven lo que podemos llamar una buena vida.
SURGIMIENTO
La psicología positiva surgió a finales de la década de los noventa gracias a los trabajos del psicólogo Martin Seligman, fundador de esta disciplina. Desde entonces, son muchos los estudios que se han llevado a cabo en diversas áreas de conocimiento relacionadas con la psicología positiva, como la esperanza, la felicidad, las fortalezas del carácter, los valores, las relaciones positivas, la resiliencia, etc.Por supuesto, la psicología positiva no ignora los problemas o los trastornos psicológicos, sino que viene a complementar la psicología tradicional como una rama más de conocimiento y estudio del ser humano desde una nueva perspectiva.Una persona puede no estar deprimida ni tener ningún problema emocional o trastorno psicológico, pero aún así puede que tampoco sea feliz.

MODELOS
Esta célebre cita define de un modo acertado la idiosincrasia de la rama de la Psicología, recientemente conocida como Psicología Positiva. La Psicología Positiva nace como tal hacia 1998, de la mano del prolífico autor y estudioso Martin Seligman, en su discurso como Presidente de la Asociación Americana de Psicología.
El hecho de que esta disciplina sea tan joven no es indicativo de que resulte menos eficaz que otras con mayor recorrido, máxime cuando profesionales de la talla de Seligman continúan, día tras día, configurando nuevas teorías y desarrollando cada vez más esta incipiente disciplina.
Continuando con el padre de la Psicología Positiva, cabe señalar que estos 20 años han dado para mucho. El objetivo de Seligman y, por consecuencia, de su exuberante retoño, ha sido desde un principio el de potenciar el funcionamiento óptimo del ser humano y tratar de descubrir y promover aquellos factores que permiten prosperar tanto a los individuos como a las sociedades (Fredrickson y Csikszentmihalyi, 1999). Son muchos los libros publicados y muy diversas las teorías postuladas acerca de los pilares que sustentan la Psicología Positiva, desde el modelo de las 3 vías, publicado por Seligman en 2003 hasta llegar a su última y más reciente contribución, la teoría del bienestar y el modelo PERMA.
El objetivo fundamental de la teoría del bienestar es el de medir y fomentar el crecimiento personal. Antaño el propio Seligman atribuiría este hecho a la idea de felicidad, sin embargo posteriormente terminará por corregir este concepto.
El modelo PERMA constituye un acrónimo que engloba los 5 factores principales sobre los que circunda dicha teoría. De este modo, el desarrollo y la mejora de cada uno de ellos será de gran ayuda para incrementar nuestros niveles de satisfacción y motivación. Estos 5 factores son los siguientes:
– “Positive Emotions” – Emociones Positivas: Supone aumentar la cantidad de emociones positivas, no a costa del intercambio o trasposición con las negativas, sino como herramienta para lidiar con ellas.
– “Engagement” – Compromiso: Conlleva una especie de pacto o acuerdo con nosotros mismos y con nuestras fortalezas a fin de alcanzar una sintonía entre ambos que nos sitúe en un estado de armonía, de afinidad, de flujo de conciencia (flow)
– “Relationships” – Relaciones Positivas: Bajo nuestra innegable condición de seres prosociales resulta obvio afirmar que este factor resulte indispensable para la consecución de nuestro bienestar. En mayor o menor medida todos y cada uno de nosotros tiene relaciones con los demás, más o menos intensas, pero que, al fin y al cabo suponen un factor de protección y de apoyo extremadamente poderoso y por ende, importante y necesario. Es por ello por lo que fomentar este aspecto puede favorecer de forma sustancial nuestra felicidad.
-“Meaning and purpose” – Propósito y Significado: Comporta la idea de que el sentido de nuestra vida vaya más allá de nosotros mismos. De este modo a cada objetivo alcanzado, a cada meta obtenida, a cada propósito logrado le subyace un significado relevante que lo imbuye de un sentido trascendental.
– “Accomplishment” – Éxito y Sentido del Logro: Implica establecer metas que nos motive conseguir, las cuales, una vez alcanzadas servirán de medio para sentirnos competentes fomentando nuestra propia autonomía.
Cada elemento del modelo PERMA ha de cumplir con ciertas propiedades para poder ser considerado dentro de esta teoría, a saber:
– Que contribuya al bienestar
– Que las personas lo elijan por su propio bien y no sólo como método para obtener cualquiera de las otras variables
– Que se defina y mida de forma independiente al resto del modelo
En este sentido Seligman aclara que no debemos intentar cultivar ni promover todos y cada uno de los factores del PERMA por igual, ni tan siquiera de un modo obligado o impositivo, sino que hemos de procurar fomentar los factores con los que nos identifiquemos y nos sintamos más cómodos sin necesidad de hipotecar nuestro propio bienestar. Al fin y al cabo este modelo va directamente dirigido a potenciar nuestro confort, objetivo que, por otra parte, no será alcanzado de un modo forzoso. Es el propio Seligman el que formula de forma explícita que el PERMA constituye una “descripción” de lo que hace la gente con una felicidad y bienestar auténticos, y no una “prescripción”, es decir, no supone una fórmula exacta para todas las personas.La psicología no es una mera rama del sistema de salud pública, ni una simple extensión de la medicina, nuestra misión es mucho más amplia. Hemos olvidado nuestro objetivo primigenio, que es el hacer mejor la vida de todas las personas”

LOS TEMAS DE ESTUDIO: LOS TRES PILARES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA
A lo largo de este escrito se han venido mencionando algunos temas centrales de la PP, los cuales fueron nucleados en el año 2000 en un número especial de la Revista American Psychologist coordinado por Seligman que tenía como título Psicología Positiva y reunía artículos científicos relacionados con la felicidad, la motivación intrínseca, las ilusiones positivas, la sabiduría, el talento, los mecanismos adaptativos, la creatividad y el desarrollo humano óptimo. Este número fue, como se destacó previamente, uno de los hitos que marcó el inicio de la PP.
En otro de los momentos claves para el despegue de este movimiento (el encuentro entre investigadores realizado en Akumal –México-) se acordaron los pilares básicos de la PP: el estudio de las emociones positivas, de los rasgos positivos y de las instituciones positivas. Por lo tanto, la mayor parte de las investigaciones realizadas hasta el momento recae en el abordaje de alguno de estos tres aspectos.
Algunas de las preguntas que se hacen los investigadores que se enrolan en la PP son: ¿Qué hace que una vida sea plena? Y, ¿Cuáles son los caminos para conseguirla? Según Seligman (2002), existen tres vías de acceso para una vida plena. La primera ruta es a través de las emociones positivas ó dicho en términos del autor: la vida placentera (pleasant life). Esta vía es quizás la más conocida y responde a la noción mas comúnmente extendida de felicidad. Consiste en incrementar, la mayor parte del tiempo, la cantidad de emociones positivas para ser feliz. La propuesta es netamente hedonista y considera que la felicidad consiste en tener la mayor cantidad de momentos felices a lo largo de la vida. Estos momentos felices pueden alcanzarse en el momento presente a través del savoring y el mindfullness. Ambas consisten en rescatar el momento presente de la forma más genuina posible. El savoring, o saborear el momento presente, consiste en deleitar los sentidos de la forma más auténtica posible. Por el otro lado, el mindfullness es un estado mental que se alcanza a través del entrenamiento caracterizado por la atención plena de los propios pensamientos, acciones o sensaciones. Las emociones positivas también pueden alcanzarse focalizándose en el pasado al cultivar la gratitud y el perdón o, en el futuro a través de la esperanza y el optimismo. Este acceso a la felicidad (vida placentera) tiene dos límites importantes. En primer lugar, el nivel de emocionalidad positiva está muy ligado a la personalidad y los componentes genéticos heredables (entre un 40% a un 50%). Esto significa que el nivel de emocionalidad positiva que tienen las personas es más o menos fijo, con poca probabilidad de cambio (Lyubomirsky, 2007). En segundo lugar, otra desventaja es que ocurre un fenómeno que se denomina adaptación hedónica o habituación. Las personas se habitúan rápidamente a las emociones positivas y resulta necesario incrementar el monto de estas emociones de forma permanente hasta un punto tal en el que el incremento no causa mayor felicidad. Sería un límite autoimpuesto para el placer sin límites que tiene su origen en nuestro pasado evolutivo. Operaría como un factor protector frente a las adversidades.

Está demostrado científicamente que si bien las personas reaccionan con alta emocionalidad negativa a los eventos vitales estresantes luego de un tiempo vuelven a una línea base (set point) sin importar la intensidad del evento (Diener, Lucas & Scollon, 2006). Esto solo es posible gracias al mecanismo de habituación, si se experimentasen grandes cantidades de afecto positivo, se experimentarían grandes cantidades de afectos negativos también.
Afortunadamente las emociones positivas no son la única vía de acceso hacia la vida plena.En segundo lugar, se encuentra la ruta que tiene que ver con el compromiso (engagement life). El placer se deriva del compromiso con la tarea efectiva y con la capacidad de experimentar flow. Se alcanza el estado de flow cuando una actividad absorbe al sujeto y tiene la sensación de que el tiempo se detuvo. Tal vez pueda alcanzarse el estado de flow mediante algún desafío en el trabajo, la lectura de un libro o al tocar un instrumento. Para alcanzar el flow es necesario que la tarea no sea ni muy aburrida (porque el estado de flow no se alcanza) ni tampoco muy estresante, porque el flow se pierde. Es una ecuación entre las habilidades personales y las características de la tarea. Si se es conciente de las fortalezas personales al aplicarlas en una tarea concreta se alcanza esa conexión tan particular denominada compromiso (engagement). El flow no se da de primera mano como en las emociones positivas, sino que exige esfuerzo y trabajo.
Mientras que las dos primeras rutas hacia la felicidad tienen que ver con cuestiones individuales sin importar demasiado el entorno, la tercer vía de acceso o vida con significado (meaningfull life), tiene que ver con la búsqueda de sentido y eso solo puede entenderse en un contexto global más amplio. Esta tercera vía es la aplicación de las fortalezas personales para el desarrollo de algo más importante y amplio que uno mismo. Es poder aplicar las fortalezas para ayudar a los demás y hacer que éstos puedan desarrollar sus potencialidades. Generalmente este proceso se da a través de las instituciones: la familia, el trabajo, la escuela, la comunidad. En suma, es poner las capacidades al servicio de los demás para obtener significado vital como resultado de este proceso.
Las tres rutas mencionadas son complementarias, si bien las personas pueden alcanzar la vida plena a través de las tres vías, aquellos que registran mayor satisfacción son los que emplean conjuntamente las tres rutas (Peterson, 2006). En términos de la psicología positiva, la vida placentera da lugar al estudio de las emociones positivas; la vida comprometida está relacionada con el estudio de las fortalezas, las virtudes personales, y los estados de flow y la tercera está en relación con las instituciones positivas, siendo este último tópico el que está conceptualmente menos desarrollado. Los autores del campo de la psicología positiva han derivado instrumentos para evaluar los tres componentes de la vida plena y aseveran que también son entrenables, mediante intervenciones específicas (Seligman, Steen, Park & Peterson, 2005; Seligman, Rashid & Parks, 2006). Recientemente Seligman (2009) agregó un cuarto pilar de estudio: los vínculos positivos (la vida social) como vía de acceso a la felicidad y que tiene su origen en las investigaciones sobre el bienestar psicológico que identifican a las personas extremadamente sociables como las más felices.
LOS INVESTIGADORES, LA PRODUCCIÓN Y LA DIFUSIÓN
Seligman es el fundador y principal referente de la PP, seguido por los miembros que integran el Comité de PP: Csikszentmihalyi, Diener, Jamieson, Peterson y Vaillant. Los tres primeros dirigen cada uno un Centro especializado en alguno de los tres pilares de la PP: Diener dirige el abocado al estudio de las emociones positivas, Csikszentmihalyi el de los rasgos positivos, y Jamieson el de las instituciones positivas. También es importante el trabajo de investigadores como Snyder, Frederickson, Haidt, Segerstrom y todos los autores que han sido mencionados a lo largo de este escrito que se han abocado a alguno de los diferentes tópicos que aborda la PP.
Es llamativo el crecimiento que ha tenido la PP desde su surgimiento y que se ve reflejada en un importante cúmulo de producción como se detalla más adelante. Para lograr este rápido avance fue valioso el aporte financiero dado por instituciones como la Gallup Organization, la Templeton Foundation, la Mayerson Foundation y la Atlantic Philantrophies, entre otras.
Los investigadores nombrados publican sus trabajos en las revistas científicas más importantes y asimismo fundaron otras nuevas con el propósito de publicar trabajos inéditos en el área. En América latina, Psicodebate es pionera en esta tarea. En los Estados Unidos American Psychologist, la revista oficial de la APA, ha publicado números especiales y secciones de artículos referentes a la psicología positiva. The Journal of Happiness Studies, The Journal of Positive Psychology and The Journal of Health and Well-being, son revistas científicas creadas con el propósito de publicarartículos sobre psicología positiva.
Los libros sobre psicología positiva comenzaron a aparecer con increíble rapidez. Algunos de ellos son de corte académico escritos por especialistas y otros están dirigidos a una audiencia más amplia. Sin importar el tipo de público, los autores tienen especial cuidado en que el contenido de los libros tenga una sólida base empírica. Desde la publicación del libro de Seligman Auténtica Felicidad en el 2002, otras publicaciones destacables son: Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification (Peterson & Seligman, 2006). Este se propone como un Manual de Sanidades que sea la contraparte del DSM y la CIE al establecer un vocabulario común sobre rasgos positivos evaluables. Consiste en una clasificación de seis virtudes (e.g. sabiduría) compuesta cada una por una serie de fortalezas que la definen (e.g. creatividad, curiosidad, apertura mental, amor por el saber, perspectiva). Otros libros reconocidos son: The Psychology of Gratitude (Emmons & McCullough, 2003), The Happiness Hypothesis (Haidt, 2006), A Primer in Positive Psychology (Peterson, 2006), Positive Psychology: The Scientific and Practical Explorations of Human Strengths (Snyder & Lopez, 2007), The How of Happiness (Lyubomirsky, 2007), Happiness: Unlocking the Mysteries of Psychological Wealth (Diener and Biswas-Diener, 2008), y másrecientemente Positivity (Fredrickson, 2009).
Los libros de referencia en el área incluyen: A Handbook of Positive Psychology (Snyder & Lopez, 2002), Positive Psychology in Practice (Linley & Joseph, 2004), y la Encyclopedia of Positive Psychology (Lopez, 2008). Además de estos libros en inglés, se han publicado otras obras en idioma español: Evaluación del Bienestar Psicológico en Iberoamérica (Casullo, 2002), Prácticas en Psicología Positiva (Casullo, 2008), Psicología Positiva Aplicada (Vázquez & Hervás, 2008) y La ciencia del bienestar. Fundamentos para una psicología positiva (Vázquez & Hervás, 2009). (Para un listado más completo de libros visite el sitio web de la Universidad de Pennsylvania: Positive Psychology Center: www.positivepsychology.org).
También es de destacar la expansión que han tenido los programas educativos en psicología positiva. El primer programa con título de posgrado abrió sus puertas en la Universidad de Pennsylvania en otoño de 2005. Este Master en Psicología Positiva Aplicada es un programa intensivo dirigido a profesionales en las áreas de educación, derecho, medicina, economía y negocios que buscan aprender de forma mas profunda la teoría y la práctica de la psicología positiva para poder aplicarla en sus campos específicos de trabajo. Está también dirigido a jóvenes estudiantes que quieren aprender acerca de la psicología positiva antes de iniciar un programa de doctorado u otro título superior de posgrado. En el 2007 la University of East London en el Reino Unido lanzó un programa de psicología positiva aplicada y en el mismo año la Claremont Graduate University en los Estados Unidos abrió su master y programa de doctorado en psicología positiva. En el 2008 la Universidad Iberoamericana en la ciudad de México abrió el primer programa de posgrado en el área, en español. Australia, Israel, Italia y Portugal están desarrollando programas de posgrado en psicología positiva. Los graduados de estos programas están comenzando a aplicar la psicología positiva en el campo profesional de modos novedosos, trabajando para transformar los individuos, escuelas, empresas y otras organizaciones a la luz de la teoría y la práctica de la psicología positiva. El Center for Applied Positive Psychology en el Reino Unido es una organización sin fines de lucro desarrollada por Alex Linley para fomentar la aplicación de la psicología positiva en varias áreas.
El desarrollo de los sitios web resulta también clave y han sido traducidos al español tales como www.authentichappiness.org que ofrece sin costo alguno la administración y evaluación de importantes instrumentos de constructos derivados de la psicología positiva, y www.es.pos-psych.com que cuenta con interesantes artículos sobre la aplicación de la psicología positiva.
Asimismo, se han fundado algunas organizaciones académicas para expandir la misión de la psicología positiva. Entre estas se pueden incluir la European Network of Positive Psychology, la Società Italiana di Psicologia Positiva, y las más recientemente creada International Positive Psychology Association (IPPA). La misión de la IPPA es “promover la ciencia y la práctica de la psicología positiva y facilitar la comunicación y colaboración entre los investigaciones y profesionales de todo el mundo que estén interesados en la psicología positiva”.
La IPPA se fundó en 2007 con los líderes más importantes de la psicología positiva en todo el mundo. Entre ellos se destacan Seligman, Csikszentmihalyi, Diener, Peterson, Grant, Veenhoven, Delle Fave, Vázquez, y Casullo. Se estableció un sitio web (www.ippanetwork.org) y se inauguraron una serie de teleconferencias, un newsletter mensual para informar de los eventos y las investigaciones en psicología positiva a lo largo y ancho del planeta. IPPA también está organizando una red iberoamericana en psicología positiva, se trata de una red en idioma español que se especializa en temas de psicología positiva en América Latina y en la península ibérica. En el año 2009 esta asociación organizó el primer congreso internacional de psicología positiva en la ciudad de Filadelfia, Pennsylvania.
IMPLICANCIAS PRÁCTICAS DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA: LAS INTERVENCIONES
A partir de lo mencionado hasta aquí se desprende que la PP no debe solo preocuparse por describir las emociones, los rasgos y las instituciones positivas sino, también, por tratar de lograr que se den y/o que se incrementen. Por lo tanto, unos de los intereses principales recae en la investigación acerca de las intervenciones positivas, por ejemplo, para incrementar la felicidad (Seligman, Steen, Park & Peterson, 2005). Una de las razones por las cuales es importante incrementar la felicidad es el hecho que se ha revelado hace unos pocos años que la felicidad es causal y que trae aparejado muchos beneficios, como por ejemplo, sentirse más saludable, exitoso y más comprometido socialmente (Lyubomirsky, King & Diener, 2005). Seligman, Steen, Park y Peterson (2005) probaron la eficacia de un método consistente en cinco ejercicios (visitas de gratitud, escritura de tres cosas buenas de la vida, escritura de experiencias de éxito, usar las fortalezas de un modo distinto, identificar y usar las principales fortalezas) para incrementar la felicidad hallando resultados promisorios en cuanto a efectos tanto de corto como de largo plazo.
Las intervenciones que se realizan en el campo de la psicología positiva no se hacen desde el modelo médico de salud-enfermedad ya que eliminar lo negativo no siempre trae como consecuencia un cambio positivo (Keyes & López, 2002). Las psicoterapias deberían proveer de coraje, insight, optimismo, honestidad y perseverancia y estructurar una habilidad en las personas que opere como barrera frente a los estresores y dificultades futuras. Una psicoterapia positiva estaría encaminada hacia la mejora de los rasgos positivos, el cultivo de las fortalezas humanas y la ayuda que se da a los clientes para estimular el cambio positivo (Seligman, 2002). Se caracteriza porque el paciente en este tipo de intervenciones es fundamentalmente activo, ya que es a través de las actividades intencionales que se alcanza el cambio. Las intervenciones de la PP si bien son relativamente nuevas tienen sus antecedentes en la psicología de counseling de los años 50 en las terapias denominadas del crecimiento personal o del potencial humano. Otros tratamientos positivos por fuera del paraguas de la psicología positiva también se encuentran en esta línea, tales como las terapias focalizadas en soluciones, las terapias de clarificación de valores y las basadas en la teoría de la esperanza, entre otras. Según Pawelski (2009), la intervención debe ser positiva tanto en punto de aplicación como en método. Debe estar dirigida a aumentar el bienestar (punto de aplicación) pero a través de los tres pilares de la PP (mejora de afecto positivo, aplicación de fortalezas y cultivo de significado).

En la última década hubo una proliferación de programas de intervenciones de PP, dirigidos fundamentalmente a mejorar el bienestar de las personas. La mayoría de ellos no están basados en una base teórica integradora, sino que se basan en microteorías o en datos empíricos de líneas de investigación sencillas (Vázquez, Sánchez & Hervás, 2008). La estrategia empleada consiste en detectar las variables psicológicas que diferencian a los individuos con alto y bajo bienestar mediante estudios correlacionales y longitudinales y, luego, se verifica la eficacia de las intervenciones de forma experimental en diversos grupos de pacientes y en población general no clínica, tal como el ejemplo mencionado al inicio de este apartado sobre como incrementar la felicidad. Sin embargo, uno de los programas pioneros para elevar la felicidad de las personas fue el de (1977, 1983), quien utilizó una metodología muy cuidada para valorar la efectividad de las intervenciones diseñadas. Su programa consistía de 14 actividades entre las que se contaba el empleo en actividades sociales, el desarrollo del pensamiento positivo, el empleo de actividades físicas, la conservación de relaciones íntimas, entre otras. El programa de duraba dos semanas y demostró ser eficaz para elevar la felicidad medida por un instrumento creado a tal efecto. demostró que la felicidad podía ser modificada mediante intervenciones específicas y que era necesario el uso de actividades intencionales sostenidas de los participantes para elevar dicho nivel.
Los estudios de Pennebaker y Segal (1999) sobre la escritura de sucesos traumáticos demuestran que esta técnica narrativa permite elaborar dichos eventos. Burton y King (2002) demostraron experimentalmente que la escritura de hechos positivos mejora las emociones positivas y por ende eleva el bienestar. Estas investigaciones verificaron que la utilización de técnicas narrativas provoca un aumento de las emociones positivas y un menor riesgo de enfermedad en los meses siguientes de instrumentado el protocolo.
En la misma línea Lyubomirsky (2007) diseñó una serie de actividades con el propósito de mejorar el bienestar. Estas tareas estaban basadas en contar cosas buenas que les habían sucedido a las personas, escribir cartas de gratitud, visualizar el mejor self futuro mediante técnicas narrativas y utilizar técnicas de saboreo (savoring) respecto de los buenos momentos. En todos los casos los grupos experimentales a los que se les instruyeron las tareas obtenían ganancias significativas en los niveles de bienestar psicológico.
Otras intervenciones basadas en la hope theory (Snyder, 2002) estuvieron dirigidas hacia la activación del componente esperanza. Este modelo plantea como elemento fundamental el logro de metas, teniendo en cuenta además las expectativas del futuro, la motivación y la planificación necesarias para conseguir dichos objetivos. Los trabajos de Irving, et.al. (2004) demostraron, en un formato de tratamiento breve focalizado en la esperanza (antes del tratamiento clínico propiamente dicho), la eficacia de intervenciones dirigidas a la esperanza en un grupo de pacientes clínicos. Otra investigación que tenía como objetivo verificar la eficacia de intervenciones basadas exclusivamente en la esperanza demostraron que las actividades relacionadas con la formulación de metas, el uso de vías múltiples para alcanzar los objetivos, la utilización de recursos motivacionales y la monitorización de progresos era muy útil para mejorar la esperanza (Cheavens, Feldman, Woodwaard & Snyder, 2006).

Fava (1999) diseñó un programa de intervenciones positivas para promover el bienestar de modo complementario a otros tratamientos farmacológicos o psicológicos. El programa se basaba en el reconocimiento de recuerdos de eventos positivos y en la identificación de obstáculos que obstaculizan dichos recuerdos. Tiene como base teórica la teoría del bienestar de Ryff (1989). Se ha demostrado la eficacia de esta intervención en pacientes depresivos y con trastornos de ansiedad generalizada (Fava & Ruini, 2003). En todos los casos el módulo de terapia del bienestar, combinada con otro tratamiento clínico, potencia la eficacia de los resultados de las terapias convencionales.
Frisch (1998, 2006) plantea un tipo de intervención clínica llamada terapia de calidad de vida, que integra una teoría del bienestar, instrumentos de medida específicos y recursos de intervención especialmente diseñados para cultivar aspectos positivos y aumentar el bienestar. Si bien esta terapia es prometedora porque integra un modelo completo de intervención, aun no tiene suficiente validación empírica que avale sus resultados (Vázquez, Sánchez & Hervás, 2008).
Fredrickson (2001, 2009) propone una teoría de las emociones positivas que se denomina de ampliación y construcción. La autora demostró, con firme evidencia empírica, que si las personas incrementan su emocionalidad positiva mediante diferentes técnicas de forma sostenida (e.g., meditación, savoring, flow) las personas, no solamente se vuelven más creativas y resuelven mejor los problemas que se les presentan (efecto ampliación), sino que las emociones positivas en el largo plazo crean recursos personales y resiliencia (efecto construcción). Como técnica de intervención recomienda la creación de portfolios personalizados de emociones positivas para ser usados de forma alternada con el fin de evitar la adaptación hedónica. Así, por ejemplo, si se quiere estimular la emoción alegría, se debe ubicar en una caja, pizarra o archivo de computadora todo tipo de fotos, objetos, videoclips, esencias, recuerdos, etc., que evoquen momentos alegres, debiéndose trabajar con todo el espectro emocional de la teoría.
DISCUSIÓN FINAL: LAS CRÍTICAS A LA PSICOLOGÍA POSITIVA Y LAS PERSPECTIVAS FUTURAS
Según los diferentes autores que se aborde, la PP se presenta como una nueva ciencia, un nuevo paradigma, un nuevo movimiento o una nueva corriente (Gancedo, 2008). Todos los términos no están exentos de críticas siendo los dos primeros demasiado ambiciosos y los últimos dos demasiado flexibles y ambiguos.

Más allá del calificativo con el que se la nombre, la PP ha recibido otra serie de críticas que son importantes tener en cuenta. Una de las primeras objeciones es que la PP no aporta novedad alguna al quehacer del psicólogo. Muchos autores en la historia de la psicología han trabajado con constructos salugénicos, por lo tanto la hipotética fundación de Seligman no sería un inicio genuino. El aporte de Seligman es quizá el haber reunido en un gran paraguas diversas líneas de investigación y autores que trabajaban de modo atomizado en temas positivos y el haber cristalizado en un movimiento diversas corrientes enroladas dentro del enfoque salugénico, poniendo en el centro la temática del bienestar psicológico (Gancedo, 2009). Sin embargo, la PP aún adeuda la construcción de un modelo epistemológico unificado que de cuenta del bienestar, ya que se observa un solapamiento de constructos y conceptos teóricos en lugar de un paradigma unificado y consistente.
Además, se suma el distanciamiento que proponen sus fundadores respecto de los antecedentes históricos de la PP relacionados con la psicología humanista. Si bien este enfoque es un antecedente importante de la PP, esto solo ha sido considerado solo de modo reciente (Peterson, 2006). Tanto Seligman como Csikszentmihalyi intentaron distanciarse de este enfoque haciendo un fuerte énfasis en el método científico que los autores positivos emplean como un modo de validar sus afirmaciones y hallazgos. Sin embargo, conceptos tales como el sentido de la vida, el proyecto vital, el estudio de la potencialidades psíquicas y los aspectos sanos del ser humano como elementos centrales de la psicología humanística están muy próximos a las propuestas de la PP. En la misma línea, otros modelos salugénicos de mediados de los años 80 con sólida base empírica tales como el propuesto por Antonovsky (1988) o por Kobaza (1979) no son ni siquiera considerados como antecedentes del movimiento.
Otra crítica consiste en que la PP no agrega nada al sentido común de cómo vivir bien la vida y cuál es el camino para alcanzarla. Sin embargo, muchos hallazgos de la PP son en verdad contraintuitivos (Peterson, 2006). La gente piensa que lucir bien, ser inteligente y tener dinero son las claves del bienestar. Sin embargo, las tres últimas décadas de estudio sobre la satisfacción han arrojado resultados descorazonadores. El éxito económico, la inteligencia y el atractivo físico son variables que explican poco menos del 10% de la varianza del bienestar psicológico (Diener, 1994). La gente asimismo piensa que trabajando y elaborando situaciones del pasado o circunstancias presentes se alcanzará la felicidad, sin embargo la PP ha demostrado de forma reiterada que un cambio de las condiciones presentes no trae aparejado un incremento significativo en la felicidad de las personas
Por otro lado, en los ámbitos académicos muchas veces la PP no es considerada seria. Temas relacionados con el bienestar serían considerados en extremo superficiales y poco serios como para ser investigados o tomados en cuenta en los ámbitos académicos. El estudio de la felicidad estaría mas en relación con los libros de autoayuda o los cursos de crecimiento personal. Sin embargo, cuatro décadas de investigación sobre el bienestar ha puesto de manifiesto hallazgos empíricos de relevancia que aportan las claves de la felicidad de las personas. Actualmente son la base sobre la que se asientan las modernas intervenciones positivas como las que se mencionaron en el apartado anterior
Quizá este sea el mejor destino y la psicología positiva habrá cumplido con su cometido, su desaparición será en este caso una certificación de su éxito: será una empresa formidable para la Psicología contribuir a desarrollar un esfuerzo programático en la consolidación teórica de los conceptos más relevantes y las relaciones entre los mismos (emociones positivas, bienestar, salud positiva, etc.), el desarrollo de herramientas de evaluación válidas de tales conceptos (¿cómo medimos, por ejemplo, el grado de bienestar de un individuo?) y, finalmente, la exploración y análisis de vías de intervención que promuevan o ayuden a mantener el grado de bienestar de los ciudadanos.
REFERENCIAS
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